¿Qué es la hiperfosfatemia?
Como su nombre bien indica la hiperfosfatemia implica un alto contenido de fosfatos en sangre.
Normalmente viene ocasionado en cuadros clínicos delicados, el más frecuente insuficiencia renal grave. En este caso la diálisis no es muy efectiva a la hora de eliminar esta alta concentración. Otras afecciones que pueden ocasionar este trastorno son:
- Hipotiroidismo
- Cetoacidosis diabética
- Rabdomiolisis
- Sepsis bacteriana
¿Qué síntomas experimento?
No hay sintomatología asociada de base pero sí es cierto que la asociación del calcio con el fosfato suele dar lugar a una reducción a su vez de los niveles de calcio. En este caso, la hipocalcemia sí tiene una sintomatología más específica. Las manifestaciones más habituales son espasmos, calambres musculares y debilidad ósea.
En el supuesto que cristalicen el calcio con el fosfato en los tejidos pudiera haber una evolución fatal en forma de arterioesclerosis grave.
¿Por qué los laxantes osmóticos con fosfato pueden causarla?
Si bien recordamos el mecanismo de acción de los laxantes osmóticos consiste en un aumento sustancial de la presión osmótica en el intestino delgado con la consecuente liberación de agua a la luz intestinal. Esto en definitiva genera un efecto laxante con pérdida electrolítica por la acción osmótica y el paso de las sales de fosfato a sangre.
Habitualmente la pérdida electrolítica se puede corregir con un sobre de sueroral mezclado en una botella de agua de 1 litro. Dicha bebida nos ayuda a revertir los niveles de glucosa, sodio y potasio.
Por otro lado, el exceso de sales de fosfato se excreta vía renal. Sin embargo, pacientes con insuficiencia renal tienen un riesgo considerable de sufrir una hiperfosfatemia.
Entre las patologías que se consideran factores de riesgo de hiperfosfatemia destacan la insuficiencia cardiaca congestiva, hipertensión arterial no controlada o alteraciones intestinales.
¿Cuándo debo usar laxantes con alto contenido en fosfatos?
Por los motivos recientemente comentados los laxantes con fosfatos (Fosfoevac, Fosfosoda y Foslainco) están contraindicados para el tratamiento habitual del estreñimiento. Esto es debido a que hay otras opciones con mejor valoración beneficio-riesgo como los laxantes osmóticos con Macrogol o Lactulosa.
En cambio, el balance beneficio-riesgo sí es favorable en el uso esporádico para vaciado gastrointestinal previo a exploraciones diagnósticas, cirugía o parto o en casos de impactación fecal.
Añadir que las indicaciones mencionadas son todas para pacientes que no presenten factores de riesgo de sufrir hiperfosfatemia. En caso de tener alguno, habría que recurrir a otras alternativas.